Chan Chan

Día ...

Hace mucho que no escribo nada y voy a plantear esto casi como una confesión. Desde que tengo el cuaderno, escribo todo allí y es demasiado aburrido para llevarlo a la popularidad. Pero alguien decidió que la maquina no tenia que tener usb adelante, y mientras ella lee el diario en una mañana un poco húmeda de una vereda que te aturde los oídos y que se caga en la moral. Yo, si de camisa a rayas, fatiga acarreada de paredes pictóricas, birra fría caliente y rota y amores de pizarrón me agacho y lo enchufo igual, sin querer reseteo la PC y de nuevo todo. Pero me supera, saben que soy ultra caprichoso, que me eduque como un transito impuntual, pero en estas cuestiones soy demasiado puntilloso en la puntualidad de tener estas cosas urgentemente, más urgente que lo que escribo. Pongamos los puntos sobre las i y aclaremos que esto solo es tiempo y vergüenza de tener un blog que junta polvo y actores olvidados que se quedaron en un papel y por eso ahora están comiendo sanguchitos y durmiendo con la cara marcada de la almohada y la baba acarrada. Están tan aburridos, pero no pueden ser más inteligentes de quien los heredo. No podemos pretender nuevas promesas. Nunca fui muy futbolero, que va... va por la mitad. Casi como el corriente de mis historias que arrancan eufóricas, plagadas de arrebato y de ¡Dale que va!, pero en el entretiempo se enfrían y se doblan al bailar el arrabal con el más rufián del barrio, y si alguna progresa las otras la miran mal. ¿Que te queda? Dos opciones un final escapista o mudarte a capital.
Sobre lo que siento poco expreso. Por que creo fervientemente en el amor, y no quiero desilusionarlos con mis prosas. Cada matiz tiene su correspondencia pero no pretendas ser honesto por que es la humedad, y el calor, el frió los que nos regula el corazón.

Chan chan.