Cronicas Inutiles de Emonicas

13.3.07

Comienzo

¿Cuántas generaciones vieron el fulgor ecléctico del sol, golpeando al unísono en las ventanas? Aquellos gastados edificios que rodean la tétrica y casi artificial catedral están gastados y arrepentidos. ¿Cuantas tristezas se acunan en nuestros corazones y cuantos tiempos se esconden en el mar? Vale la pena seguir con esto, descubrirse prisionero frente al altivo mar de asfixia de estas paredes.

Así puede llegar a comenzar un típico cuento de Emonicas...Quizás, talvez así sea.

6.3.07

Ocaso

dia 33 dijo el doctor

Se recomienda leerlo escuchando lo siguiente y tomando te
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Nirvana: Lounge Act

Hoy no voy a hacer ningún tipo de relación con una metodología de escritura. Simplemente tengo ganas de hacerlo y lo hago, como hablaba con Juan ayer, no significa levantar una bandera sino hacer lo que uno es y esto nada tiene que ver con lo que puedo poner a continuación. Es que simplemente tengo ganas y liturgia de escribir pero todavía no se fehacientemente sobre que y eso me complica más aún que lo anterior. ¿Esta mal estar triste por ser tan insignificante y minúsculo?. Muchos dirían que si, que el estar así es un estado mortífero y caótico. Pero no hablo de esa depresión abrumadora que no te deja soñar ni respirar más allá de las caricias del olvido. Hablo de la tristeza de la que se siente en la noche cuando no entendemos cuando moriremos y el porque. Cuando una canción como la que suena ahora nos inunda tanto que no sabemos como podremos respirar el segundo después. Puedo pretender que muchos lean esto y se sientan estupidos y que otros me lean estupido. Pero no pretendo entenderlos si no puedo entender cosas que me acometen mas urgentemente. Una melodía simple que te abrasa el sentimiento y lo deja rojo como el agua que corre empapada en sangre. Nunca podré entender el propósito del ser, de concebir tanta grandeza y tanta abstracción en la linealidad de la historia y eso para un modus operandis bastante apropiado. A veces me soporto pensar en esa gente que duerme en las calles fría y desterrada y trato de no creer en que después de la muerte no halla nada más, por que me parecería tan escaso el mundo para ellos, tan pequeño e injusto, si ya lo es para mi. Y tampoco puedo suponer para que me sente aquí si por más que lo queramos el tiempo nos absorbe y nos convierte en polvo sucio que se limpia con los vientos. Y alguien me suspiro al oído que no era tan malo volver al polvo. Me pregunto ventajoso entre sabanas ¿Que me dolía tanto dentro que no me dejaba dormir por las noches?. ¿No entender la existencialidad de la vida?, ¿el propósito celestial? ¿A un dios poco misericordioso y frívolo?, ¿Una peste que mata y la humillación del propio ser humano?. O acaso en el ocaso de las lunas del siglo pasado nadie soñó con esto. Pues si mi sueño no es tan desentonante seguiré teniendo miedo y tristeza en las noches de lunas de invierno.